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JORNADAS EUROCOMUNISTAS DE ALMEDA 1979

ALMEDA del 28 DE MAYO AL 7 DE JUNIO DEL 1979

Las Jornadas Eurocomunistas que se organizaron en Almeda entre finales de mayo y principios de junio de 1979, fueron unas jornadas de afirmación de los militantes comunistas que creían en esta nueva vía (eurocomunismo) para avanzar hacia un nuevo socialismo en democracia y libertad , no tutelado por Moscú.

El eurocomunismo es el intento en los años 70 de varios partidos comunistas europeos de ensanchar su influencia incluyendo temas de clase media, rechazando el apoyo incondicional a la URSS y expresando claramente la fidelidad a los procesos pluripartidista en los países occidentales. Fueron precisamente los partidos comunistas más fuertemente enraizados en sus respectivas sociedades -caso notable del Partido Comunista de Italia (PCI) y del Partido Comunista Francés (PCF)- los más proclives a adoptar la línea eurocomunista, mientras que partidos más pequeños y marginales quedaron más dependientes de patrocinio de Moscú.
En 1975 el PCI y el PCE hicieron una declaración sobre la "construcción del socialismo" que debía ser en "paz y libertad".

Los lideres europeos del eurocomunismo
El eurocomunismo se oficializó en marzo de1977, cuando los secretario generales Enrico Berlinguer del PCI, Santiago Carrillo del PCE y George Marchais del PCF se reunieron en Madrid y presentaron las líneas fundamentales de la "nueva forma". Pero el PCI en particular ya había desarrollado una línea independiente de Moscú desde hacía años, que quedó claramente expresada en 1968, cuando el PCI y el PCE fueron los dos únicos partidos comunistas del mundo junto con el Partido Comunista Rumano en condenar la invasión soviética de Praga.
El Partido Comunista de España (PCE) y el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) llegan a su legalización después de la dictadura de Franco con una línea esencialmente eurocomunista.

La propuesta eurocomunista estaba basada en una idea muy sencilla: en los países de la Europa occidental, el camino hacia el socialismo pasaba por la participación activa de la mayoría en la lucha política y en la ampliación al límite de las libertades democráticas.

Esta idea de fondo podía parecer simple pero representaba una revisión radical de la tradición comunista (y también la socialdemócrata) y tenia consecuencias revolucionarias: Las instituciones democráticas no eran el enemigo a derrocar (Lenin decía “¿democracia para qué?”) sino el objetivo a conquistar. El protagonista del cambio no debía ser sólo la clase obrera industrial y el campesinado, sino un amplio bloque popular integrado por el conjunto de clases y grupos sociales que eran la mayoría en las sociedades avanzadas. (Hay que tener en cuenta que ya en aquellos años se empezaba a producir un cambio en la ocupación de la sociedad, empezaba a disminuir el campesinado y a automatizarse la producción y emergía con fuerza el sector servicios que daba ocupación a nuevos empleados que componían una creciente clase media). El Partido que debía liderar el proceso no podía ser “un grupo reducido y disciplinado de revolucionarios profesionales y abnegados...”, sino un partido de masas, abierto, que incorporase los mejores hombres y mujeres surgidos de las luchas populares, donde debía primar el debate libre de ideas sobre la obediencia y la disciplina...

En otras palabras, a la Revolución no se llegaría preparando un futuro asalto al Palacio de Invierno (siempre aplazado) sino desde hoy mismo, con las fuerzas populares imponiendo nuevas relaciones de poder en cada barrio, en cada fábrica, en cada ayuntamiento...

Con la perspectiva que dan los años trascurridos podemos observar, que muchos de estos principios y formas de trabajo eran los mismos que inspiraban a las “Comisiones de barrios y fábricas” desde su inicio, es decir, muchos años antes de que fuesen propuestos por Enrico Berlinguer. Es extraordinario constatar que en el Baix y bajo la dictadura, habíamos llegado a conclusiones muy parecidas a las de los comunistas italianos después de treinta años de democracia.

En el Baix fue donde se llegó más lejos con la aplicación de estas ideas. Basta sólo recordar algunos ejemplos: el sindicalismo unitario construido desde la base que proponía la Intersindical, la elaboración de la alternativa municipal a partir del trabajo colectivo de los movimientos vecinales culminando en el “Congrés d’entitats” y, en lo que respecta al Partido, la elección del nuevo Comité Local con listas abiertas y voto secreto de los delegados en la II Conferencia que se celebro en los bajos del Centro Social Almeda, cuando todavía era un partido clandestino...

Dirigentes eurocomunistas del PSUC junto a Santiago Carrillo.
Pero estos éxitos fueron el principio del fin. Aunque las direcciones del PC y del PSUC se habían adherido públicamente a las propuestas eurocomunistas, la realidad es que la tradición estalinista y el miedo a perder el control pesaban muchísimo, incluso entre los dirigentes teóricamente más abiertos a la renovación.
Empezaron a saltar todas las alarmas. Fue Santiago Carrillo en persona el que lanzó un ataque furibundo contra la propuesta de la Intersindical presentada por representantes del Baix Llobregat en la Conferencia del movimiento Obrero del PC realizada en París.

La “bondat a la cara” de Gregorio López Raimundo se le borró totalmente cuando se presentó por sorpresa en la casa del secretario del comité local de Cornellà pidiendo explicaciones al día siguiente de la elección del comité local, surgido de la II Conferencia, por haberse elegido a sus miembros con métodos democráticos (listas abiertas) en lugar de la cooptación habitual etc. La dirección de aquella época (Carrillo, Guti, Gregorio) no podía asumir cambios tan radicales y, en el IV Congreso (1978), encargaron a un estalinista siniestro como era Josep Serradell (camarada Román) la liquidación de la experiencia del Baix Llobregat que se les estaba yendo de las manos.

En Cornellà durante la III Conferencia Local realizada en el año 78, se produce la primera inflexión, con una presencia mayoritaria de los leninistas en el Comité Local, y se da un giro en la política del partido que afecta principalmente al progreso del movimiento urbano (Hasta entonces el eurocomunismo se había venido aplicado de una manera coherente por el conjunto del partido).
El Comité Local, de 25 miembros, queda formado por dos grupos: 13 que defendían posiciones pro-soviéticas y 12 con tendencias próximas al eurocomunismo. La mayoría de las votaciones finalizaban 13 a 12, los pro-soviéticos aplicaban el rodillo de su mayoría en todas las votaciones. Excepto para la elaboración de las listas electorales a las elecciones municipales que se pretendía conseguir unanimidad. Porque la activa participación del sector eurocomunista en el movimiento ciudadano de la ciudad era imprescindible para poder ganarlas.

Preparación de las listas para las primeras Elecciones Municipales del 3 de abril de 1979.

En la Comisión municipal del PSUC hacía tiempo que trabajábamos en el programa, se contaba con una cierta pluralidad de personas preparadas para cada responsabilidad, para ocupar por tanto, los primero sitios de la lista, en el resto todos estábamos de acuerdo que tenía que ser gente representativa del trabajo de barrios, de fábricas, del comercio, de la enseñanza, de la sanidad o de otros ámbitos importantes de la ciudad.
También habíamos hecho un esfuerzo para proponer, personas validas, pero menos identificadas con posiciones eurocomunistas.
El choque que se produce en la confección de las listas es importante, desde el principio se imponen criterios radicalmente diferentes a los que habíamos tomado en consideración en la Comisión municipal, se vetan a que personas como Carlos Navales y Ignasi Riera, para que no vayan en los primeros puestos de la lista. El debate fue duro tanto en lo referente a las personas propuestas como en el lugar que habían de ocupar.
Finalmente de los 13 primeros puestos de la lista, que son los que salieron elegidos, consiguieron excluir a los citados Carlos Navales y Ignasi Riera, que iban en un lugar más atrasado, introduciendo cinco personas sin experiencia en el movimiento urbano, fieles a los postulados dominantes en el partido en aquel momento.

Frederic Prieto en su libro (La Gloria y el Poder)


Hoja informativa de las Jornadas
Por eso fue tan importante la celebración de las Jornadas Eurocomunistas de Almeda. En un contexto donde el comité local del PSUC y el grupo municipal estaban bloqueados por estalinistas i zoquetes, las jornadas fueron el “canto del cisne” de lo que había sido el espíritu del “Baix Llobregat” durante los años setenta. Eran la reivindicación de las verdades irrenunciables frente a la estupidez y el sectarismo.

El grupo de Almeda decidió organizar las Jornadas Eurocomunistas, pocos días después de las elecciones municipales y presento una relación de los ponentes elegidos para dar las conferencias (Jordi Solé Tura, Alfons Comín, Pilar Brabo y Joan Busquets), siguiendo lo que entonces se consideraba “escalón reglamentario”. Es decir, Comité Local, Comité Comarcal, Comité Ejecutivo, Ponente. El Comité Local recibió la petición de Almeda pero no la cursó, en un intento por bloquear la iniciativa de las conferencias.
Desde Almeda nos enteramos del bloqueo y optamos por llamar directamente a los ponentes. Lo que habría sido lógico en una sociedad con teléfonos. Confirmamos que ni Solé Tura, ni Alfons Comín tenían noticias de las Jornadas y que las peticiones tampoco habían llegado al Comité Comarcal. Así que decidimos invitarles directamente. Eso dio el motivo al bloque pro-soviético para acusarnos de habernos saltado el escalón reglamentario y concluyó con la expulsión del Comité Local de los que consideraron responsables del acto de indisciplina.

El grupo más emprendedor del eurocomunismo en Almeda y en Cornellà, estaba sostenido principalmente por los ex-militantes de Bandera Roja, (organización que se fusionó con el PSUC en 1974).

Hoja informativa de las Jornadas
Sería el desaparecido, Jordi Solé Tura, fundador de Bandera Roja, y entonces portavoz de los comunistas en el Congreso de Diputados, además de padre de la Constitución Española, quien abriría estas jornadas de Almeda, y al que seguirían otros eurocomunistas como, Joan Busquets, director de la revista Treball y miembro del comité ejecutivo del PSUC y por último Alfons Comín, cofundador junto con Solé Tura de la OCE (BR), creador del movimiento de Cristianos por el Socialismo y miembro también de la ejecutiva del PSUC. Antonio Gutiérrez Díaz, Secretario General del PSUC, asistió en sustitución de la diputada del PCE, Pilar Brabo que finalmente no pudo venir y disculpo su ausencia. Las jornadas despertaron gran expectación y asistencia de público de dentro y fuera dl barrio. Alfons Comín nos dejó la que sería su última conferencia que llevaba por título (Hacia un nuevo tipo de sociedad).

Los gastos de organización de las jornadas se cubrieron mediante el pago de los asistentes. Se apuntaron 200 personas, en su mayoría militantes del PSUC.

Las Jornadas contaron con la asistencia y la intervención de Antonio Gutiérrez Díaz (Secretario General del PSUC), que acudió por imposición del Comité Local supuestamente para poner orden al “conflicto”. Después de la intervención del “Guti”, tomo la palabra Salvador Colominas, Secretario de la Agrupación de Almeda de (barrios y fábricas), y leyó un escrito públicamente pidiendo que se reconsiderase la expulsión de los representantes de Almeda en el Comité Local y explicando parte de los problemas que había creado el Secretario del Comité Local de Cornellà, (José Rodríguez) perteneciente al sector pro-soviético, para impedir que las Jornadas Eurocomunistas se celebrasen.

El “Guti” se ofendió porque alguien hubiera tomado la palabra después de que él diera por finalizado el acto. Esto ocasionó una reunión tensa en los locales del CSA. El “Guti” dijo que después del Secretario General no hablaba nadie, y se le respondió que en Almeda sí. La gente hablaba cuando lo creía conveniente.
A partir de estos hechos se generaron varios documentos y reuniones con el comité de disciplina del Comité Ejecutivo.

Estos enfrentamientos dentro del partido entre los sectores más ortodoxos y los eurocomunistas terminarían de explotar en el V congreso del PSUC que se celebro a finales de 1981, donde se produce el asalto al poder por el sector pro-soviético, liderándolo Pere Ardiaca, y con Paco Frutos como aliado representando al sector
leninista. Esta alianza termina con la defenestración de los eurocomunistas de la dirección del partido, que hasta ahora habían liderado buena parte del proceso de la transición, y su presidente, Gregorio López Raimundo y a su Secretario General Antonio Gutiérrez Díaz, son apartados de sus cargos.

Sin embargo, la intervención de Santiago Carrillo y la presión del PCE hicieron que en mayo, el comité central del partido, a petición del comité ejecutivo, recuperara la definición de "eurocomunista" del partido, lo que fue desautorizado por el sector pro-soviético, y terminaría en sanciones y expulsiones de miembros de este sector.

Estas luchas internas serían el detonante que llevaría al abandono de una parte muy importante de su militancia, entre ellos los militantes que el partido tenía en Almeda, cansados y decepcionados por todo lo ocurrido.

El epilogo de esta historia es conocido por todos, la escisión del partido (PSUC) y (PCE) y la creación de dos nuevos partidos PCC y PCPE. Esto fue el principio y fin de la organización, se dilapidaba el bagaje y la historia de la mejor y más numerosa organización política en la clandestinidad de la izquierda de Catalunya. (40.000 militantes en Catalunya y 800 en Cornellà).

El partido ya era historia….

El folleto informativo de aquellas jornadas terminaba así:



DEDICADAS A ...

los que creen en la vía democrática hacia el socialismo, a los que no acaban de entenderlo, a los que han luchado por cambiar la sociedad y hoy se encuentran desencantados, a los que se levantaron a las 5 de la mañana para tirar hojas, a los que fueron a la cita del bar Descanso pero no llegaron las octavillas, a los que les curro "el chota” a los que se reunieron en la montaña a los que han vuelto alguna vez, a los que sienten necesidad de discutir políticamente, a los que votan PSUC, a los que no votan PSUC, a los que no votan a nadie, a los pasotas que han aguantado leyendo hasta aquí, a los que siendo de Juventudes aguantaron reuniones "palizas", a los que dieron sus palizas en las reuniones, a los estalinistas, a los que lo son sin saberlo, a los que saben que lo son y se esconden detrás de otras etiquetas, a los que todavía tienen miedo de los comunistas, a los que no les gusta el tipo de sociedad en que vivimos, a los que hacen algo por cambiarla, a ti, al compañero que le comentas esto. En resumen dedicado a todos.


Redacción:

Luis Campo Vidal
Ignasi Subirats Bacardit
Andrés Sánchez Vega