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Crónicas de Almeda 1968

El Pensamiento abril de 1968

Circulación 

El tránsito, en el barrio, es muy intenso. Recién franqueado el paso a nivel, hay un disco que indica a los camiones que deben desviar por la calle Gerona. Hemos comprobado que casi ningún conductor obedece la señal. Hace pocos días, incluso con un guardia urbano en la esquina, observamos como varios camiones seguían rectos, por la calle Dolores Almeda, sin que se les llamara la atención. Suponemos que cuando decidieron colocar el disco habría sus razones. Si éstas subsisten, que se haga cumplir, y si no, creemos que procede retirarlo. También hay otros discos que indican paso para camiones hasta 5,5 Tn., por delante de los cuales pasan, impunes, los mastodontes de 14 toneladas cargados de hierro, hundiendo las aceras y ocasionando frecuentes reventones en las tuberías de agua.

Carrilet 

Las obras del Carrilet empiezan a gustarnos. Por fin los andenes están algo decentes y la iluminación aceptable. Falta, todavía, que sé decidan a considerar un poco más a los usuarios, y nos instalen algunos bancos en los andenes y nos cubran el de dirección Sant Boi. Con un pequeño techado de uralita, como el de dirección Barcelona, todos estaríamos contentos.

Iluminación 

La calle de Dolores Almeda está muy bien iluminada. Todas las demás, nada de nada, penumbra por doquier y, algunos trechos, absoluta oscuridad. Los vecinos veríamos con inmensa satisfacción que se solucionara la actual falta de luz.

Escuelas 

En este capítulo, también hay problema. Hasta los seis años disponemos de una excelente guardería en el barrio, con unas tarifas muy caras, ciertamente, pero que presta un estimable servicio. De los seis a nueve años, los chavales pueden asistir a la escuela nacional, de tarifas más asequibles pero con evidentes deficiencias pedagógicas.

El problema se agrava de veras a partir de los nueve años. Los niños se ven obligados a desplazarse, tomando el tren en grupos, con la consiguiente zozobra de los padres, que no respiran tranquilos hasta que los ven de regreso todos los días.

Se impone una solución. Y, para nosotros, la solución no es otra que las escuelas gratuitas, en el mismo barrio y hasta que los niños cumplan catorce años, o quince, o dieciséis (que todo se andará). Pero escuelas eficientes, donde puedan aprender de veras.

Parque infantil 

Es evidente la falta que tenemos de un jardín público, con bancos, fuente, árboles y juegos para los niños. Entre las casas actuales no hay espacio aprovechable, pero al lado de la iglesia o alrededor de la guardería, hay sitio sobrado y el presupuesto, creemos no está tan fuera del alcance de nuestro municipio.

Antoni MUNNE