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El Baix Llobregat celebró la desaparición de Franco


Muerto y bien muerto levábamos tanto tiempo esperando su muerte que cuando llegó el momento no nos lo creíamos. Temíamos que siguiese gobernando en forma de momia, comenta Mateu Serra, uno de los responsables del Moviment Socialista de Catalunya (MSC) en !a comarca por aquel entonces. La radio como en otros momentos cruciales de nuestra historia reciente, jugó también aquella noche de 1975 un destacado papel. La interrupción de la programación habitual de Radio Nacional de España, a primeras horas de la madrugada, para emitir música sacra fue el signo evidente de que el dictador había fallecido.

Cuando Arias Navarro apareció en las pantallas de televisión para anunciar oficialmente la muerte de Franco, se habían consumido ya miles de litros de champán. "Aquel día --señala el ex-dirigente sindical Carles Navales-- se acabaron en España todas las botellas de champán que había en las tiendas".

UNA MUERTE ANUNCIADA

La inminencia de la muerte del general constituía, sin duda, el centro de atención de todos los grupos políticos, sociales y sindicales de la comarca. El que sería alcalde de Sant Esteve de Sesrovires, entonces corresponsal de Tele/Expres, Joan Galceran, recuerda cómo aquella noche se reunieron diversas personas de los grupos de Derechos Humanos del norte del Baix Llobregat para escuchar Radio París y otras emisoras extranjeras "Era la única manera de enterarnos de los que realmente pasaba —recuerda Galceran— En cuanto se confirmó la noticia nos fuimos a celebrarlo cantando vivas a su muerte".

El Baix Llobregat, una comarca que había vivido ya dos huelgas generales y preparaba una tercera, donde el movimiento obrero estaba muy avanzado y el PSUC era la fuerza política determinante, recibió con júbilo la muerte del Caudillo. Joan Solé, que ocupaba el cargo de secretario político del PSUC en Sant Joan Despí y la presidencia de la incisiva Asociación de Vecinos San Pancracio, recuerda que "al día siguiente íbamos de casa en casa y nos recibían con champán".

Otros, como el sacerdote jesuita Joan García Nieto, prefirieron no abrir ninguna botella de champán. Sin embargo, admite, "en mi interior celebré mucho la muerte de Franco por lo que significaba de apertura a las libertades por las que tanto habíamos luchado".

CAVA Y PASTEL EN LAIA 

En la editorial Laia, donde se habían reunido Alfonso Comín, Ignasi Riera, Eduardo Martín Toval (que sería años después portavoz socialista en el Congreso) y Carles Navales para preparar una colección de libros sobre sindicalismo, se consideró oportuno hacer un paréntesis para brindar con un buen cava y comerse un gran pastel.

En el propio sindicato vertical, los miembros de lo que entonces constituía la íntersindical, una instancia ilegal que coordinaba a las uniones de técnicos y trabajadores, también celebraron la muerte de Franco,

El ex-alcalde de Sant Feliu, y ex-conseller, Francesc Baltasar, vivió los últimos momentos de la vida de Franco desde su puesto de redactor suplente de Mundo Diario por motivos vacacionales. "Recuerdo que en aquellos días se trabajaba intensamente y se montaban guardias permanentes con el fin de cubrir cualquier eventualidad", comenta Francesc Baltasar, que desde la sección de Internacional del desaparecido rotativo fue recogiendo todas las reacciones que la muerte de Franco desencadenó en el mundo.

"En aquellos días, cada vez que te ponías delante de la máquina de escribir intentabas afinar muchísimo porque a los límites de siempre impuestos por la censura se sumaba la incertidumbre de lo que podía ocurrir en aquellos momentos", declara Baltasar que era secretario político del PSUC en el Baix Llobregat. Cuando murió Franco, Francesc Baltasar estaba procesado por una crónica, procesamiento que quedó anulado por la amnistía.

Juan Ramos, que años después sería secretario general del Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), no pudo esperar la noticia de la muerte de Franco en su domicilio. "Estaba escondido en casa de unos amigos que me dejaban una habitación -explicó Juan Ramos a EL FAR—. En aquellas circunstancias y en función de una cierta operación policial que ya se había montado en el año 1974, cuando tuvo la primera enfermedad, yo no podía estar en mi casa". El dirigente comunista asegura que su temor no venía dado tanto por su responsabilidad sindical sino "por ser miembro del comité ejecutivo del PSUC y del central. Los comunistas no éramos muy bien considerados por aquellas fechas, y si no que se lo pregunten a Martín Villa", espeta Ramos.

Juan Ramos aseguraba que no celebró la muerte del dictador con champán. Y lo mismo Mateu Serra, "En aquel momento me quedé helado. Si me hubiesen pinchado no hubiese salido sangre. Entonces, en lo que menos pensé fue en lo que tantas veces habíamos hablado de abrir botellas de champán", señala Serra.


EL CONGRÉS DE CULTURA CATALANA 

Cornellà se adelantó a la celebración del Congrés de Cultura Catalana, cuya idea había sido lanzada a principios de 1975 por el Col•legi d'Advocats. Para la noche del mismo 21 de noviembre, pocas horas después de haber muerto Franco, estaba prevista una sesión pública de preparación del Congrés. El gobernador civil dé la provincia, Rodolfo Martín Villa, firmó la prohibición del acto dando la consigna de libre circulación de ideas pero no de personas.

Sin embargo, poco después, en el mes de diciembre, culminó la primera fase del Congrés de Cultura Catalana con una fiesta en el Parc de les Aigues de Cornellà.

Más de mil personas y delegaciones de todos los barrios de la población desfilaron hasta el recinto modernista del parque de la Sociedad General de Aguas de Barcelona. El acto coincidió con el conflicto de Laforsa. Los trabajadores, en medio de banderas catalanas, recogida de firmas proamnistía, pancartas, sardanas y la presencia de destacados políticos vendían claveles rojos, en cuyo tallo había sido pegada una bandera catalana con dos Inscripciones: "readmisión" y "amnistía".

MADUREZ POLÍTICA 

El Baix Llobregat había adquirido durante los últimos años del franquismo una madurez política y sindical que no existía en otros lugares.

"En aquellos momentos —manifiestaba Francesc Baltasar— el PSUC era la fuerza hegemónica del Baix Llobregat, con gran implantación en la clase trabajadora, lo cual quiere decir que teníamos una actividad muy importante".

En Catalunya, desde finales de 1971, funcionaba un organismo aglutinador de un amplio espectro de partidos: la Assamblea de Catalunya. Su creación había sido impulsada por la Comisión Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya, que estaba formada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el Front Nacional de Catalunya (FNC), el Moviment Socialista de Catalunya (MSC), la democristiana UDC y el PSUC. Junto a ellos estaban integrados en la Assamblea otros partidos políticos de izquierda y numerosas organizaciones sindicales, profesionales, universitarias, comarcales y locales. Esto daba a la Assamblea un gran poder movilizador en la lucha por los puntos aceptados unánimemente: llibertat, amnistia i estatut d'autonomia".

FUERA 

Joan Solé, impulsor de la Assemblea Democràtica de Sant Joan Despí comentaba que "el consignismo no tenía sitio en estas organizaciones que, por otra parte, gozaban de un contenido político muy rico al estar integradas por entidades políticas, sociales y cívicas muy diversas". Según Solé, Sant Joan Despí fue uno de los últimos lugares en constituirse la asamblea democrática porque la vida política local estaba totalmente influenciada por el PSUC.

Mateu Serra, dirigente del Moviment Socialista de Catalunya en la comarca, recuerda cómo a la gente había que explicarle lo que era el socialismo y para qué servía. "Entonces hablábamos de autogestión; hoy ni siquiera se habla de cogestlón porque dicen que se ha pasado de moda, aunque yo no lo creo", explica Mateu Serra. Él mismo recuerda sus visitas a aquellas casas en las que habitaba algún demócrata Interesado por el socialismo. Así, fueron incorporándose a la lucha política jóvenes quedespués ocuparian alcaidías de algunas poblaciones de la comarca, como Jaume Montfort, en Viladecans, o Dídac Pestaña, en Gavà, y su antecesor, Antonio Rodríguez. "Y todo esto boca a boca —añade Mateu Serra— porque las reuniones estaban prohibidas y los escritos eran peligrosos".

En octubre del año 1973 se habían celebrase elecciones municipales. En El Prat, Jaume Codina, Pere Baltà y Josep Ferret resultaron elegidos. "Nosotros formábamos parte de un movimiento unitario en el que estaban integradas personas de diferentes matices políticos pero con un ideal democrático", comentaba Ferret. La población de El Prat ya había intentado en el año 1966 aupar al Ayuntamiento a sus representantes democráticos, aunque en aquella ocasión no fue posible.

Con la presencia de estos tres concejales en el consistorio pratense, la vida política municipal se convulsionó. "La gente acudía masivamente a los plenos —decia Ferret— y allí se preparaba el gran follón". La feroz oposición planteada por los tres concejales democráticos determinó que el alcalde Lloret convocase los plenos en los plazos límite que permitía la ley. La situación se hizo Insostenible y el gobernador civil optó por destituir al alcalde cuando todavía no había muerto Franco. "Fue un triunfo celebrado por todos los progresistas de El Prat", recuerda el ex-concejal Ferret.

MENOR ACTIVIDAD EN EL NORTE 

En el norte de la comarca, la situación política era relativamente diferente. "Los partidos en esta zona era células muy pequeñas, en su mayoría integradas por gente muy joven, entre 16 y 20 años", cuenta Valentí Blgordà, un activo militante del PSUC en Abrera. El ambiente rural y menos industrializado del norte del Baix Llobregat, marcaba otras pautas diferentes a las seguidas en el sur. "Los problemas sociales no eran graves —explica Bigordà— como en el sur y tal vez por eso había menos grupos y éramos menos activos". 

Las montañas del Baix Llobregat sirvieron de marco para muchas asambleas clandestinas. Según Joan García Nieto. "se convocaban de viva voz cuando había que preparar una huelga o trazar un plan en la lucha de barrios". Para este jesuita, las montañas de Torrelles y Castellbisbal "se merecerían un monumento".

Por otra parte, los problemas urbanos dieron lugar a la aparición de una serie de movimientos reivindicativos en los barrios. La cuestión de la vivienda (con el Impago de los alquileres de la Obra Sindical del Hogar), los planes parciales y zonas verdes, las condiciones de sanidad e higiene y la carencia de actividades culturales y cívicas fueron estructurando una red democrática de base en torno a las asociaciones de vecinos.

En mayo de 1974, se llevaron a cabo asambleas en todos los barrios contra el Plan Comarcal, al que se presentaron miles de impugnaciones. En Almeda (Cornellà) hubo una exposición del plan. Pocos meses más tarde, en agosto, se creó la Entidad Metropolitana de Barcelona, más tarde Corporación Metropolitana de Barcelona (CMB).

EL MOVIMIENTO OBRERO

 El Baix Llobregat ha sido considerado como la punta de lanza del movimiento obrero, no sólo a nivel de Catalunya sino también de España. El influjo de Comisiones Obreras fue dominante en todo el sindicalismo de la comarca, sin negar con ello la presencia combativa de otros núcleos obreros.

En sus inicios, CCOO entra en el Baix Llobregat con una buena predisposición por parte de los obreros del PSUC. Asimismo, fue importante el impulso dado por los hombres llegados de la España del Sur, de la que habían tenido que huir perseguidos precisamente por su militancia obrera, y la ayuda de trabajadores que habían dado sus primeros pasos como sindicalistas en la emigración y las comunidades cristianas, nutridas ideológicamente por la HOAC (Hermandades de Obreros de Acción Católica). Más tarde apareció un grupo que se identificó a través de la revista Prensa Obrera propiciado por Bandera Roja, una escisión de! PSUC. El responsable comarcal de la Joven Guardia Roja, organización juvenil ligada a lo que fue primero PCE (i) y luego PTE, era poco antes del 20N el ex-alcalde de Cornellà y President de la Generalitat, José Montilla. También aparecieron importantes cuadros obreros del Movimiento Comunista de Catalunya (MCC).

"REUNIÓN NO PACÍFICA" 

En la comarca, Comisiones Obreras van íntimamente unidas al nombre de la iglesia de Sant Jaume, del barrio de Almeda. En la parroquia, los socialistas se reunían cada sábado hasta que fueron juzgados posteriormente "autores de un delito de reunión no pacifica".

Frente al verticalismo de la CNS, las formas de organización obrera surgieron de las asambleas. Según José Cano, expresidente de la UTT del Metal de Sant Feliu y obrero de Matacás, las asambleas se forzaban, se hacían sin el consentimiento de la empresa, fuera del horario de trabajo, en el patio de la fábrica. Corríamos la voz entre el personal, nos esperábamos y con todos los que querían quedarse se celebraba la asamblea". 

Llegó un momento en que la práctica mayoritaria de Comisiones Obreras se orientó hacia una presencia importante en el propio Sindicato. "La verdad —relata Antonio García, ex-presidente de la UTT del Metal y jurado de Siemens— es que cuando teníamos que ir al Sindicato y celebrábamos una reunión en el bar y en los pasillos, porque no nos dejaban en la sala, con la Guardia Civil en la puerta y rodeados de sociales, se te ponían los c... aquí".

LAS HUELGAS GENERALES

El movimiento obrero del Baix Llobregat protagonizó antes de la muerte de Franco dos huelgas generales. Los conflictos de Elsa, del ramo del Vidrio, en Cornellà, el problema de Solvay de! ramo de la Química, en Martorell, y la problemática suscitada por el convenio comarcal del Metal dieron lugar a una huelga general en todo el Baix Llobregat en julio de 1974. Los trabajadores de Elsa se encerraron en la parroquia de Santa María de Cornellà y los de Solvay en Montserrat; mientras tanto, afuera, las manifestaciones y detenciones se multiplicaron.

Es una época en que los aumentos de los precios son constantes y los topes salariales ridículos. El año terminó con otra huelga general (la segunda) contra la crisis económica y la carestía de la vida. Por primera vez, la decisión de un paro generalizado se adopta desde la Casa Sindical en asamblea legal y abierta. Fue el 28 de noviembre de 1974 cuando una asamblea comarcal de enlaces redactó y promulgó un comunicado convocando "un paro generalizado de 24 horas para el jueves día 5 de diciembre". La respuesta del Gobierno no se hizo esperar. En la madrugada del 3 al 4 de diciembre, veinticuatro personas fueron detenidas y acusadas de pertenecer al PSUC.

La reacción popular, nada más conocerse la noticia de las detenciones, fue fulminante, con paros en Cornellà, Sant Joan Despí, El Prat, Viladecans, Molins de Rei, Sant Andreu de la Barca, Sant Vicenç dels Horts... En Cornellà, la Policía Municipal amenazó con elevadas multas a los comercios que cerrasen y la Policía impidió que se celebrase una reflexión cristiana en la parroquia de Santa María.

El paro absoluto prosiguió durante los días 6 y 7, mientras ocho entidades de Cornellà firmaron una carta dirigida al alcalde para que la entregase al gobernador civil, apoyando al movimiento.

RUPTURA O REFORMA

Las elecciones sindicales, antes y después del verano de 1975, demostraron la capacidad organizativa del movimiento obrero y el grado de conciencia alcanzado.

Sin embargo, las esperanzas de un cambio democrático se truncaron con la oscura historia del terrorismo atribuido a ETA, FRAP y "comunista en general".

El norte de la comarca protagonizó durante el mes de abril una campaña en contra de la pena de muerte. Poco después, en agosto, moría en la cárcel de Tarragona el trabajador Diego Navarro, después de haber recibido varios disparos en el transcurso de una concentración obrera pacífica. El pueblo de Sant Vicenç dels Horts se volcó en un emocionante entierro que fue seguido de funerales multitudinarios en Cornellà.

Los últimos meses de la vida del dictador fueron de una desesperada histeria represiva y regresiva que culminaron con la ejecución el 27 de setiembre de tres miembros del FRAP y dos de ETA (Txiki en Barcelona).

La voz de los obreros del Baix Llobregat fue una llamada unánime en favor de la convivencia pacífica. Dieciséis empresas de la comarca pararon para protestar por las ejecuciones y diversos cargos sindicales de distintos ramos y localidades del Baix Llobregat se reunieron para elaborar uno de los documentos más significativos de la historia política comarcal. En él condenaban al terrorismo "como método y como actitud para defender cualquier tipo de intereses" y proponían "como única solución la marcha conjunta de los trabaja res y de la inmensa mayoría de la sociedad española, incluidos amplios sectores de la patronal, hacia un futuro democrático".

En esta situación, la muerte de Franco fue recibida en la comarca con gran alborozo por lo que podía significar de "apertura democrática". Para el entonces secretario del PSUC, Francesc Baltasar, "en el proceso de cambio democrático jugaron un papel importante la presión popular y las organizaciones de masas, aunque los comunistas entendíamos que lo pertinente era una ruptura y no una reforma como después ocurrió". Mateu Serra piensa que al morir Franco la suerte ya estaba echada. "A pesar de que los sectores franquistas se empeñasen en tratar de convencernos de que todo estaba atado y bien atado, yo he llegado a la conclusión de que los dirigentes políticos de nuestros propios partidos ya sabían por dónde iban a ir los tiros. Los que no sabíamos nada éramos los que estábamos en la base".

De momento, 1976 fue recibido en el Baix Llobregat con una tercera huelga general en solidaridad con Laforsa. Ese mismo año, la comarca seria protagonista de otro gran acontecimiento histórico para Catalunya: la celebración en Sant Boi de la primera Diada legal después de 37 años.

 Foto: http://puntviladecans.blogspot.com
Santi Torres

El Far del Llobregat 1985