En Cornellà con la incorporación a la Assemblea de Eduard Gisbert soñamos incluso con que los empresarios se unían a nosotros. Y desde luego, fue muy importante el apoyo de algunos sacerdotes como Mossén Jaume Rafanell, de Santa María de Cornellà- centro, Olaguer Bellavista de Sant Jaume en Almeda, Salvador Torres de Sant Miquel y el jesuita Joan García Nieto en San Ildefonso y, de hecho, en toda la comarca. Su palabra y su compromiso con el Baix desbordó cualquier acotación geográfica.
Unas 100 mil personas asisten a la Diada.
Aquella constante representación del Baix en la Assemblea de Catalunya y el peso de la comarca en la lucha antifranquista tuvo un premio moral: ser la sede de la primera gran Diada, el 11 de septiembre de 1976, en Sant Boi de Llobregat. Fue la primera manifestación verdaderamente multitudinaria en Catalunya después de la Guerra Civil. Pere Portabella, coordinador de la Assemblea, lo recordó así en una entrevista en El Pais de Catalunya, 25 años después: “Queríamos hacer la Diada en Barcelona para que tuviera mayor resonancia pero en la negociación con el Gobernador Civil, Salvador Sánchez Terán, concluimos que arrancábamos por fin el permiso o la tolerancia, a cambio de sacar la concentración fuera de Barcelona. Recuperamos entonces en el Secretariat la propuesta de Manuel Campo, que en nombre del Baix había sugerido Sant Boi porque en su Iglesia parroquial está enterrado Rafael de Casanovas y hasta allí llegó aquella multitud”.
La Diada Nacional de Cataluña de 1976 fue un evento histórico muy significativo, ya que representó la primera conmemoración popular y masiva de la Diada tras la dictadura franquista (que había prohibido la celebración). Se considera el punto de inicio de la recuperación pública de esta festividad.
Detalles clave de la Diada de 1976:
La celebración principal no pudo realizarse en Barcelona, ya que se prohibió hacerla en la capital. En su lugar, tuvo lugar en Sant Boi de Llobregat, lugar donde se encuentra la tumba de Rafael Casanovas.
Fue organizada por la Assemblea de Catalunya (una plataforma unitaria de partidos y sindicatos catalanes de la época).
A pesar de las restricciones y el contexto de la Transición española (la muerte de Franco se había producido solo en noviembre de 1975), congregó a alrededor de cien mil personas.
El evento se celebró en un ambiente de efervescencia política y social, en el marco de las reivindicaciones populares para la recuperación de las libertades democráticas y el autogobierno de Cataluña. El mensaje principal fue la exigencia de "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia" (Libertad, Amnistía, Estatuto de Autonomía).
La Diada marcó un hito en la Transición, simbolizando el deseo del pueblo catalán de recuperar sus instituciones y derechos nacionales, y sirvió de antesala para la multitudinaria manifestación del año siguiente (1977) en Barcelona.





.png)




