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EL BAIX LLOBREGAT: UNA VISIÓN DE MANUEL CAMPO VIDAL

Conferencia con motivo del homenaje a Jaume Codina Vilá 1996

Antes que nada quiero felicitar al señor Codina, de quien tengo los mejores recuerdos porque durante unos años fuimos juntos por la comarca explicando lo que había que hacer para combatir las constantes inundaciones del río Llobregat, lo que contribuyó a articular un auténtico movimiento ciudadano y de lucha urbana en el Baix Llobregat. Como decía hace un momento a Carlos Riba, actualmente la Nueva visión del Baix Llobregat está hecha desde la distancia de 600 km, aunque, como saben muchos amigos aquí presentes, sigo en contacto con la comarca.

Recientemente he tenido la oportunidad y honor de presentar el acto conmemorativo de los veinte años del primer Once de Septiembre celebrado en Sant Boi (1976-1996) y ha sido una ocasión para recordar las reuniones de la Asamblea de Cataluña, donde entonces propuse que el acto se hiciera en Sant Boi, porque era en nuestra casa y porque estaba el vínculo importante de que Rafael de Casanova se encuentra enterrado en la iglesia de Sant Boi. Como anécdota os diré que inicialmente no me hicieronmucho caso, porque querían que fuera en Barcelona, pero al final se recuperó la idea por razón que el gobernador civil de Barcelona, Sánchez Teherán, que luego seria ministro de Deportes, no autorizaba acto si se hacía en Barcelona pero lo toleraba si se hacía fuera de esta ciudad. Para mí fue muy emocionante esta conmemorado los veinte años, porque me encontré con muchos amigos. Pero, insisto, nunca he perdido el contacto con el Baix Llobregat.

En estos años no he reflexionado mucho sobre la comarca, salvo cuando tengo una invitación como esta, que agradezco, o cuando me hacen el encargo de algún prólogo, como el que escribí para el libro del Ignasi Riera y mí hermana Anabel o el de fotografías de Cornellà una ciudad, que me hizo descubrir una nueva ciudad donde valía la pena pararse por las calles en los que siempre había pasado corriente, primero porque, como dice Ignasi Riera, siempre habíamos tenido prisa histórica y después porque a veces había que correr. También recuerdo especialmente el prólogo que hice en libro de Juan García Nieto en el homenaje que gracias a Dios fuimos a tiempo de hacerle, porque normalmente los homenajes se hacen siempre cuando la persona ya no está entre nosotros.

Llegué a la comarca once días antes de hacer nueve años y me fui a Madrid en tren el día que justamente en cumplía treinta. Actualmente sigo en Madrid como "base aérea», es decir, que un día trabajo en Valencia y otro en Miami o en otro lugar. En la reflexión sobre la comarca a que me obliga su invitación, tengo que decir mirando atrás y al futuro que el Bajo Llobregat hizo una contribución muy importante en la época de la transición democrática y esto nos debe hacer sentir orgullosos porque, como decía al prólogo del libro de Ignasi y de Anabel, es como si el Baix Llobregat hubiera dado su nombre a aquellos momentos. Muchas comarcas lucharon durante ese período, pero fue el Bajo Llobregat el punto de referencia. De la comarca se hablaba el diario Le Monde, en Radio París y por supuesto en La Pirenaica. El Valles fue una comarca muy luchadora, con una serie de huelgas en Sabadell, Terrassa y otras ciudades, pero las lucha del Baix Llobregat tienen la suerte de sumar dimensiones diferentes. Hubo una lucha obrera, con la huelga general de la Elsa y Laforsa de Cornellà, la Solvay en Martorell, la Pianella en el Prat, la Pirelli Moltex también en Cornellà, la huelga de 1962 de la Siemens.

Recuerdo, con once años, esta última, cuando las mujeres de los trabajadores de la Siemens, que quedaron encerrados unos días dentro de la fábrica, les tiraban la comida por encima de la valla cuando la policía se despistaba. Una lucha obrera como hubo tantas comarcas de España, pero también superpuesta a una lucha urbana para la mejora de los barrios y contra determinados planes de ordenación urbanística. Pero sobre todo, lo que articuló todas las reivindicaciones fue la necesidad de que la comarca no tuviera, cada vez que llovía la amenaza de una inundación, que desgraciadamente se producían regularmente, sobre todo en 1962 y en 1971 con las consecuencias que todos los que estáis aquí debéis recordar. La lucha obrera junto con la lucha urbana y como culminación de esto, la lucha democrática en la Asamblea de Cataluña, evidentemente clandestina, en la que durante un tiempo tener el honor de representar la comarca, junto con otros compañeros, algunos aquí presentes, donde el Baix Llobregat fue siempre un punto de referencia importante.

Siempre narro una anécdota muy particular de Cornellà que me explicó Ferrán Penedés, alcalde de Cornellà y luego vicegobernador durante muchas años, y por tanto hombre muy vinculado a esta comarca: que en aquellosaños estábamos muy asustados con lo que aquí pasaba, porque en una reunión del Ministerio del Interior con Franco, un general contaba a Ferrán Penedés que España tiene dos problemas: la ETA y Cornellà. Esto quería decir también que los servicios secretos funcionaban como Dios quería. Como vemos, Cornellá era punto de referencia líder en esta lucha obrera de la comarca. En aquel tiempo, como muchos debéis recordar, había un cierto orgullo de pertenecer en el Baix Llobregat, hasta el punto de que algunas personas que eran de fuera, se tiraban el pegote, como dicen en Madrid, diciendo que eran de aquí. Recuerdo que en las asambleas en París, donde estuve un tiempo como estudiante, había unos militantes y no quiero herir a nadie de la Liga Comunista Revolucionaria o algo parecido según deduzco por el tipo de argumentación que utilizaban que en una asamblea de trabajadores y de estudiantes dijeron que en las calles del Baix Llobregat, donde vivían, la gente pedía armas para ir a la lucha armada mi hermano Luis Campo, Raimon Junyent y Carlos Esteve, periodista de La Vanguardia, les preguntaron que de qué pueblo y de qué calle eran y se dieron cuenta que no eran del Baix Llobregat, pero que utilizaban este origen para dar credibilidad a sus argumentaciones.

Lo importante es saber que el Baix Llobregat fue una escuela social, política y de vida. Muchos de nosotros aprender a vivir de una manera muy especial y particular en la comarca. Soy un emigrante aragonés de uno de los cien pueblos de habla catalana de la Franja de Poniente de la provincia de Huesca, que por circunstancias de la vida tuve que emigrar junto con mis padres y que, como otra gente de Andalucía, fuimos a parar al Baix Llobregat, concretamente en el barrio de la Almeda de Cornellà, a 300 m. del río, junto a la Pirelli Moltex. Todo esto nos formó la visión de la vida que tenemos, porque tuvimos experiencias muy enriquecedoras, ya que aquí hervían constantemente muchas cosas. En este sentido, el señor Codina y otros, deben recordar que hubo una auténtica lucha por el trazado del desvío del Llobregat y que una serie de instituciones y de empresas querían que el río pasara al mes cerca del puerto de Barcelona y otras no, sobre todo por aquella parcela que quedaba en medio de aquel triángulo que probablemente habría sido un triángulo de oro. Por aquellas y otras circunstancias tuve la suerte de no sólo vivir en Baix Llobregat durante unos veinte años muy decisivos para la formación de una persona, sino también la oportunidad de ver la comarca bajo diferentes perspectivas como son la de ciudadano, la de activista por diferentes pueblos y ciudades y la de periodista. Cuando venía hacia aquí en el avión recordaba que fui en Olesa de Montserrat a presentar la Assemblea de Cataluña y también que con el señor Codina hicimos, como mínimo, veinte veces la misma conferencia sobre el río en diferentes barrios de Cornellà y El Prat y en las poblaciones de Sant Boi, Gavá, Sant Joan Despí, Sant Feliu, Molins de Rei y posiblemente a otros sitios que en este momento no recuerdo. Siempre de pareja con el señor Codina que, no sé si lo sabe supongo que no se molestará en aquellos tiempos de la Junta Democrática en París, nos decían como he sabido veinte años después el Carrillo y el Calvo Serer, por la pareja tan particular que hacíamos en ese momento, yo me siento honroso, porque del señor Codina aprendí muchas cosas. El nos descubrió el subsuelo del Baix Llobregat, y nos hizo conocer que más allá de 300 m. del cauce del río había unas aguas arterisas que eran determinantes para que muchas empresas estuvieran aquí y que había un riesgo de salinización que podía poner en peligro la estabilidad de estas empresas y, por tanto, de muchos puestos de trabajo. En este sentido, Jaume Codina nos mostró aspectos muy diferentes del Baix Llobregat, como este del subsuelo y otros, como la propia historia, la configuración de la vida en la comarca, mucho antes del empuje industrializadora del textil, que aprovechaba la columna vertebradora del río como motor de energía.

La contribución de Jaume Codina, como la de muchos otros, ayudó en la lucha obrera, urbana y democrática, porque su participación, como la de Eduard Gibert, la de mosén Jaume Rafanell de la parroquia de Santa María de Cornellà, y la de Juan García Nieto, daban una autoridad moral a nuestras reivindicaciones, de la que nosotros estábamos carentes porque éramos mas jovenes y se nos creía menos, la participación de ellos nos daba esta credibilidad que necesitábamos ante el conjunto de la población.

Durante aquella época, era tan poderosa la atracción del Baix Llobregat, que hubo una emigración política, pero no desde aquí hacia el extranjero, sino desde Barcelona hacia el Baix Llobregat. No sé si tú. Carlos Riba, eres un emigrante de este tipo, pero sí lo fueron Joan García Nieto, Ignasi Riera y algunos que posteriormente fueron alcaldes, como Frederic Prieto y Francesc Baltasar, que llegaron como responsables políticos de una organización y que luego se quedaron a ayudar a configurar el nuevo Baix Llobregat que nosotros después hemos conocido. Era tanta la atracción del Bajo, que algunos de nosotros, que en aquella época éramos estudiantes de la Universidad de Barcelona, apenas participamos en las lucha estudiantiles porque teníamos nuestro compromiso aquí; esto no quiere decir que no colaborásemos cuando se tenía que hacer una huelga, pero no estábamos dentro las organizaciones estudiantiles ni dentro del grupo de los «periodistas democráticos»; íbamos a alguna reunión, pero las responsabilidades y el compromiso lo teníamos con la comarca, la que ejercía una atracción realmente difícil de explicar, pero que vosotros seguramente entenderéis perfectamente.

Todo esto pertenece a los años de transición política. Pero mi pregunta es: ¿Qué se ha hecho del Baix Llobregat después de este período? qué ha sido de la comarca cuando desapareció de las páginas gloriosas de Le Monde y de determinadas emisiones de radio y nada más quedó como punto de referencia lejano o como militancia comarcal voluntariosa? Militancia que hemos de agradecer a personas como Ignasi Riera, que en dos de cada tres intervenciones que hace en la radio o la televisión, habla, como mínimo, ocho veces del Baix Llobregat y contribuye de esta manera a mantener el calor comarcal. Recuerdo que en uno de los actos más recientes en qué he participado, en el barrio del Almeda de Cornellà, con motivo de la presentación de un libro en el que colaboraron cincuenta personas que habían vivido en aquel barrio, Ignasi Riera me dijo que en el próximo libro que escribiese era imprescindible que hiciese referencia de Cornellà o del Baix Llobregat, y, posteriormente, en un libro que he publicado y que no cito para no hacer publicitdad dice: Nacido en Camporrells (Huesca) y formado en Cornellà, es decir, el Ignasi no sólo hace esta publicidad constante, sino que pide a los otros que no olvidemos que somos del Baix Llobregat, lo que no olvidábamos pero, que por el motivo que fuera, no salía por escrito. Me parece, sinceramente, que el Baix Llobregat pasó de aquel primer plano a una situación más normal, más rutinaria, con sus problemas, su vida propia, y que lo hizo de manera muy digna y eso es de admirar. Hay un pueblo de Andalucía, Marinaleda, donde su alcalde fue muy importante en un momento determinado por razón de unas huelgas campesinas y que, aún hoy, habla a los escaños del Parlamento andaluz, no digo que no tenga motivos, pero es muy artificial; es un caso de falta de resignación por la pérdida de protagonismo. En cambio, el Baix Llobregat, con gran dignidad, supo evolucionar y pasar a hacer otras cosas. ¿Qué ha hecho desde entonces el Baix Llobregat? Después de la transición política la comarca ha tenido diferentes transiciones, como mínimo una muy importante, que es la urbanística. En esta comarca era muy duro vivir, el único centro público de enseñanza secundaria era el instituto que había de los años 60 en Hospitalet, los alumnos de otras escuelas, como la Tecla Sala y las escuelas de Cornellà, tenían que ir al instituto Jaume Balmes de Barcelona para tener el título oficial de bachillerato, no sé si en el Prat sucedía lo mismo, pero sí en Cornellà y en Hospitalet. Curiosamente el anterior ministro del interior y Justicia, Juan Alberto Belloch, que entonces era hijo del juez de Cornellà que más tarde sería gobernador civil, iba a ese instituto de Hospitalet cuando vivía en Cornellà. Gracias a los ayuntamientos democráticos la comarca
ha podido hacer una transformación urbanística muy interesante. La referencia que antes he mencionado del descubrimiento de las calles de Cornellà se puede extender al Prat, Sant Boi y Sant Feliu, que actualmente no tienen nada que ver con las ciudades de entonces, quizá Sant Just o San Joan Despí, tenían algunas zonas mejores. El barrio de Almeda, donde yo vivía, no tiene nada que ver con lo que era antes o el barrio de la Riera de Cornellà, donde una de las nuestras reivindicaciones era que pusieran barreras al carrilet porque de vez en cuando había accidentes mortales, y que actualmente está totalmente transformado y mejorado. Los primeros alcaldes democráticos hicieron la transición urbanística que la comarca necesitaba, ya partir de entonces la comarca, además de ser un lugar más barato para vivir que Barcelona, es una alternativa que ofrece una calidad de vida aceptable.

También ha habido una transición cultural importante, pero sobre esto podría hablar mejor Ignasi Riera, ya que hay vivirla para apreciarla y yo no lo he vivido. ¿Cuál es la transición que puede estar haciendo actualmente el Baix Llobregat? Hasta los años setenta Cataluña tenía entre un 50 y un 75% de su población activa destinada a la industria y sólo un 8% a la agricultura, por lo tanto, el resto de los habitantes se dedicaban al sector de los servicios. En las dos últimas décadas ha cambiado esta proporción, por lo que ahora es el sector de los servicios lo que ha crecido de una manera notable la vez que aparecían nuevos tipos de industria. La era de la informatización ha transformado la forma de vida y medios de producción y se han cerrado fábricas y han abierto otro tipo de empresas. Nosotros somos unos ciudadanos que hemos tenido la suerte de vivir una transición democrática y una transición hacia un sistema postindustrial, que según los teóricos es tan importante como la revolución industrial o como el nacimiento de la agricultura. En este proceso, hay comarcas que no pueden seguir el ritmo y que se quedan ancladas en la sociedad que tenían, entran en crisis muy difíciles de salir, como por ejemplo zonas de Asturias u otros lugares de España y de Italia, en cambio el Baix Llobregat, como me complace comprobar, a pesar de todos los problemas, se está adaptando a la nueva situación, lo que demuestra mucha imaginación e iniciativa empresarial y popular. Como me comentaba Miguel Salas, se ha incrementado el nivel de preparación de las clases populares. Me ha sorprendido el número de universitarios que tiene Cornellà, cuando el año 1965 había 11.000 niños sin escolarizar por el impacto producido por la construcción de la ciudad satélite y cuando para estudiar formación profesional sólo había la posibilidad de recurrir a las escuelas de la Siemens que tenían turnos de aprendices, con cuatro horas de estudio y cuatro horas de trabajo, escuelas que luego se cerraron y acabaron como comedores de los trabajadores. ¿Qué ventajas tiene el Baix Llobregat para dar este salto cualitativo que no tienen otras comarcas como las citadas? Primero, que la comarca no tenía un único tipo de industria como tenía Mieres, Avilés u otras zonas que estaban exclusivamente vinculadas a la minería o a la siderurgia. Aquí también había siderurgia, como la Farga de L'Hospitalet o Laforsa de Cornellà, pero no era determinante. Aunque estamos muy cerca del mar, tampoco había construcción naval, sector que también ha sufrido especialmente la crisis, sobre todo las industrias de las poblaciones de Ferrol o Puerto Real. Estas comarcas son ahora suburbios Industrias de IMNI, poblaciones donde viven jubilados de 40 y 42 años con toda la problemática social particular que este hecho comporta. El Baix Llobregat tenía algunas ventajas que eran de nacimiento, como la proximidad de Barcelona, vital históricamente, el río, motor de tantas cosas, las aguas artesianos, que permitían que se instalen empresas como La Seda o las de cervezas, que buscaban agua dulce gratis y que la sacaban del subsuelo. Las comunicaciones por tierra, mar y aire, que no tenían ninguna otra comarca, una industria diversificada que, a pesar todas las crisis y problemas, camina desde una sociedad industrial en una postindustrial, también, dos grandes motores procedentes de la industria clásica, uno al norte y el otro al sur: la Seat. En otros lugares las fábricas de coches se cerraron o se trasladaron, aquí se han mantenido, a pesar de los conflictos que conocemos. Otros empresas se han transformado: la Siemens de Cornellà y algunos de vosotros lo conocéis mejor que yo-no tiene nada que ver con aquella Siemens de los grandes transformadores eléctricos, aunque desgraciadamente su número de trabajadores es mucho más bajo, actualmente hace otro tipo de elementos y se ofrece para hacer, por ejemplo, descodificadores que, como sabemos los que nos dedicamos a todo esto de las plataformas digitales del cable, es un hecho que evidencia que están entrando en la órbita de la electrónica.

Uno de los ejemplos que más me ha sorprendido es el de la Feria de Cornellà, con un gran peso en los audiovisuales y las telecomunicaciones, cerca del barrio de la Almeda, donde yo había vivido. Yo, que me dedico, creía que el marco de esta exposición sería la Feria de Barcelona, y me quedó muy sorprendido y en alegró de que Cornellà se vinculase al sector más innovador dentro del campo de las telecomunicaciones y fuera del escaparate de España donde se presentaran las novedades. El otro ejemplo es más recientemente. Cuando teníamos que decidir el futuro emplazamiento de las instalaciones que tenemos en Barcelona de Antena 3 Televisión, nos ofrecieron la localización en Mediapark, entre Sant Just y Sant Feliu, allí tenemos un centro muy bien diseñado para la coordinación de la producción televisiva y audiovisual. Recuerdo, el día que firmamos el acuerdo entre el presidente de mi compañía y el director general de TV3 y a la vez presidente de Mediapark, el señor Vilajoana, la especial satisfacción que me produjo el hecho de que la localización fuera en el Baix Llobregat, porque significaba que aquí se había producido una transformación que entonces desconocía.

Desde el punto de vista económico hay muchas cosas que se desconocen, como que entre las imprentas más modernas de Europa hay Eurohueco de Castellbisbal o la Printer de San Vicenç del Horts también las rotativas más modernas y actualmente en vías de renovación son las del Grupo Z en Sant Feliu de Llobregat. Todo ello significa que las antiguas zonas Industriales se están transformando acogiendo empresas innovadoras que no innovan únicamente los parques tecnológicos, que a veces son más creaciones de la prensa que realidades concretas. No quisiera hacer un chiste malo pero a algunos parques tecnológicos, no sólo de aquí sino de otros lugares de España, se les llama padres necrológicos, porque han creado unas expectativas que luego no se corresponden con la realidad. Volviendo a citar Miquel Salas y el dato de universitarios de Cornellà, que antes no he concretado, recuerdo que me dijo que es del 18,7%, es decir que casi una de cada cinco personas tiene un título universitario. Esto muestra la potencialidad de transformación del Baix Llobregat, porque el salto no se puede hacer sin la iniciativa, sin la visión de estas personas preparadas. Porque si los hijos de los obreros de las fábricas no tuvieran los conocimientos que tienen podríamos vivir una situación dramática de emigración, con la necesidad de que vinieran de fuera a ocupar los puestos de trabajo de aquí.

No sólo quisiera hacer un dibujo idílico de la comarca, ya que con la distancia se olvidan los problemas. Sé que, como en el resto del país los hay, pero no puedo hablar con autoridad porque no los conozco en profundidad. A pesar de ello, mi visión de la comarca es optimista, porque si recapitulamos vemos aunque tuvo una fuerza hasta mediática, durante los años de las lucha obreras, urbanas y democráticas; pasó después con mucha dignidad al anonimato; hizo la transición urbanística de manera notable, probablemente también ha hecho la transición cultural y me complace ver signos de la sensibilidad, empuje y fuerza que tiene para aprovechar sus oportunidades, para dar el salto desde la vieja sociedad industrial hacia la sociedad de la información y de la informática. Todo esto se debe a factores innatos, como decía antes: la proximidad en Barcelona, las aguas artesianos, las comunicaciones, la diversificación de la industria, los motores de la industria tradicional como la Seat y la gran iniciativa empresarial; pero en última instancia las cosas las hace la gente. Esto me recuerda que con motivo de una conferencia en Huesca expliqué que José María Irizmendarrieta, rector de Mondragón, que no conozco personalmente, tuvo durante los años cuarenta, Juntamente con seis personas más, una escuela industrial que, con los años, creó un grupo industrial que actualmente da trabajo al 10% de la población activa de Guipúzcoa (Agromondragón, Fagor, Ulgor, Caja Laboral Popular, etc.). Este señor tuvo muchas adhesiones, pero también muchas críticas, como todo el que hace algo. Lo que quiero decir es que en todas las iniciativas el factor humano es absolutamente vital, no sólo con el fin de aprovechar las condiciones favorables, sino para crear otras nuevas. En este sentido el Barcelona ha tenido ventajas muy grandes que le han venido dados, pero sobre todo ha tenido personas, no sólo una o un tipo de personas, sino generaciones que han sido fundamentales y a las que hay rendir homenaje.

Volviendo al señor Codina, recuerdo que durante aquellos años de las conferencias sobre el río, me hablaba de su abuela, que comía arenques al principio de siglo, y que pudo mejorar con la industrialización gracias al agua dulce del Prat; son gente que hicieron la emigración política, atraídos por el trabajo que había que hacer, porque aquí no regalaban nada, sino que, al contrario, lo que había era una entrega y compromiso personal con la comarca, como los ejemplos que antes he mencionado de Ignasi Riera, Joan García Nieto, Francesc Baltasar, etc.

También quiero rendir homenaje a la gente que no he citado en la conferencia, que es gente anónima pero que es realmente la fuerza a de esta comarca, como algunos discípulos de García Nieto, que tuvo muchos ya los que nunca pidió filiación política o religiosa, porque no hizo proselitismo cristiano directo. Mucha gente ha recogido este espíritu del Baix Llobregat difícil de definir, pero que sinceramente creo que existe. Me siento orgulloso de haber tenido la oportunidad de formarme en esta comarca y, cuando ven, de encontrarme con tantos amigos, algunos de los cuales hoy están aquí presentes. Muchas gracias.

Conferencia con motivo del homenaje a Jaume Codina Vilá
En el Centro de Promoción Económica del Prat, 22 de noviembre de 1996

MANUEL CAMPO VIDAL