Con este cartel se anunciaba el evento.
El Periódico del Llobregat 01/06/1983
Flores
De Manolo. Del alto y bigotudo jugador de baloncesto. De un barrio que parece el escenario de un film del siglo XIX: casas grises junto a fábricas grises, lejos de los centros urbanos, con una estación de carrilet que en tiempos se llamó la estación del «Primero de mayo».
iQué bonito el homenaje a Manolo Flores, el hombre que participó en la hazaña blaugrana de derrotar al Madrid!. Todo olía a nostalgia. Saludaba Manolo a las vecinas que le recordaban de crío aún, corriendo por aquel centro social legendario cuya historia escribió, en parte, Oleguer Bellavista.
Junto a la pista, otro Manolo, el de la tele, el periodista, también con bigote, también vecino -tantísimos años del barrio de Almeda!, cuando los domingos Cornellà se fundía por sus alrededores, y en el campó se celebraban coordinadoras de barrios, coordinadoras de fábricas, coordinadoras conjuntas de barrios- -fábricas y movimientos marginales.A la vuelta, vermut, colectivo en el Patronat, entidad antigua, destartalada pero eficaz, en donde ensayaban unos divertidos coros rojos...
Flores fue la figura. Flores fue, además, la ocasión de muchas nostalgias. Yo le vi, a él, al que me robó pedazos de corazón, diez años antes, al otro lado de la pista, junto al marcador.
Quise-llorar de rabia. En pocos años, a esta comarca se le está cayendo el pelo, se caen los refajos, se le hinchan las barrigas. Envejece. Envejecemos.
El homenaje a Flores terminó en restaurante la mesa lo salva todo, hasta el recuerdo. Las cigalas son como un argumento contra la tendencia a mitificar tiempos que también fueron difíciles.
Flores, don Manolo, incorporado a la leyenda, nos devolvió por unos instantes el sentido del enceste.
Berta Padró
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